Las tejas gravilladas están compuestas de una lámina de acero recubierta de una aleación de zinc y aluminio. Este recubrimiento proporciona una excelente resistencia a la corrosión, lo que significa que estas tejas son capaces de soportar condiciones climáticas adversas sin deteriorarse.
Las tejas gravilladas son una excelente opción para aquellos que buscan un tejado o techumbre duradero, estéticamente atractivo y con múltiples ventajas. Su resistencia, variedad estética, capacidad de aislamiento térmico y acústico, resistencia al fuego, bajo mantenimiento y vida útil prolongada las convierten en una alternativa superior a las tejas asfálticas.